Uno de los
mayores retos a los que nos enfrentamos cuando planificamos una labor es la
elección de las telas. Los colores, las intensidades de color, las
combinaciones y los estampados son infinitos y es complicado trasladar la idea
que tenemos en mente a la realidad.
Puede
ayudarnos mucho conocer la teoría del color.
Conocer los colores primarios, los secundarios, cuáles son complementarios y
qué combinaciones resultan más armoniosas que otras.
Los colores
primarios son el magenta el amarillo y el azul. De hecho, si trazamos un
triángulo equilátero en la rueda de color, veremos que los colores primarios se
sitúan en los vértices del triángulo.
Al rotar el
triángulo, conseguimos otras combinaciones de colores armoniosas, como en el
ejemplo: morado, verde agua y naranja.
Al mismo
tiempo, colores que se encuentren en lugares opuestos en la rueda cromática
serán complementarios y nos servirán para crear fuertes contrastes mientras que
los colores adyacentes pertenecen a la misma gama y al elegirlos obtendremos
juegos más suaves.
Ahora que
ya sabemos cómo elegir colores, tenemos que hablar de la intensidad del color.
Al elegir unos colores más intensos y otros más pálidos o suaves, disponemos de
infinidad de posibilidades para crear nuestras labores. Lo más usual es escoger
una o dos telas más claras que aportarán luminosidad a nuestra labor, una gama
de colores de intensidad media que serán el cuerpo y una o dos telas más
oscuras para proporcionar contraste.
Tenemos un
ejemplo en este precioso bloque. Dos colores complementarios, el azul y el rosa
de intensidad parecida, acompañados por un color claro y neutro que les aporta
luz.
En
cualquier caso, una buena forma de asegurarnos de que nuestras telas van a
estar coordinadas es elegirlas dentro de la misma colección de un único
fabricante. Y por supuesto, en las tiendas estamos más que dispuestas a echaros
una mano para lo que necesitéis.